Según la explicación del hospital, los niños prematuros que cuentan con un pulpo de lana en la incubadora expermentan mejoría porque los tentáculos del muñeco le recuerdan al niño al cordón umbilical y, por tanto, al vientre de la madre, lo que les hace sentirse más seguros.
Ahora, el hospital trata de tener más muñecos de este tipo, uno por cada niño que nace en este centro, ya que lo ideal es que el pulpo se marche también cuando el niño sea dado de alta.
Esta idea, sin embargo, no ha surgido en Reino Unido sino en Dinamarca, donde descubrieron que los pulpos de lana reconfortan y calman a los niños. Además, les estimula para que tengan mejor respiración y favorece el ritmo cardíaco regular. También comprobaron cómo los bebés arrullados por los pulpos de lana son menos propensos a intentar estirar de los cables de los monitores y los tubos de la incubadora.
El matrón de la unidad de neonatos del hospital de Poole, Daniel Lockyer, ha dicho: "Cuando oímos de la gran diferencia que un pulpo de lana puede hacer en nuestros pequeños nos quedamos impresionados y, después de investigar, nos empeñamos lo máximo posible en tenerlos para nuestros pequeños pacientes".
"Es increíble que algo tan simple pueda reconfortar a un bebé y le ayude a sentirse mejor. Estamos muy agradecidos por todas las donaciones de pulpos de lana y estamos seguros de que las familias que usan este servicio lo están también".
Las gemelas Jasmine and Amber, fotografiadas con su madre Kat Smith, han sido dos de los primeros bebés prematuros en tener unos pulpos de lana en Reino Unido.