En todo el mundo entre 100 y 140 millones de mujeres son mutiladas genitalmente, la mayoría en 28 países de África y Oriente Medio. Es una violación de los derechos humanos más fundamentales y un peligro para la salud. Más de 3 millones de niñas son sometidas cada año a la ablación. En España el número de niñas y jóvenes en riesgo de padecer mutilación genital se ha incrementado un 61 % en los últimos cuatro años. Ahora son casi 17.000 las menores de 15 años en esta situación, hijas de familias procedentes de esos países africanos. “No todos los padres quieren, en realidad están ahí las abuelas”, comenta una chica hoy que se celebra el Día Mundial contra la ablación. Es una violencia de género utilizada por quiénes la defienden para conservar la virginidad femenina y la fidelidad. Además de eliminar el placer sexual, la ablación puede ocasionar dolores en el coito e infecciones en la pelvis. El riesgo de fallecer tras un parto aumenta y los daños psicológicos son de por vida. “Se sufre mucho después, no puedes tener relaciones sexuales agradables y a la hora de parir es muy diferente, es muy duro”, comenta una joven. “Si te cosen demasiado muchas veces te tienen que volver a abrir”, explica otra mujer.