Según BBC News, este anuncio ha escandalizado al país y ha afectado a las profesionales. Khadija Khattab, conocida presentadora del canal Al Zania (La Segunda), considera "esa decisión es ilegítima e inconstitucional. Me siento dañada psíquica y socialmente, ya que este asunto me desprestigia". Además, ha solicitado que el público vea sus emisiones recientes y juzgue si realmente está "gorda" y merece ser apartada, mientras que otra presentadora ha afirmado que esta situación ha entristecido a sus familias y que el asunto se debería haber arreglado de puertas para adentro.
Khattab se pregunta "por qué no aplican esta resolución también a los hombres", ya que, según ella, hay muchos presentadores varones con sobrepeso, por lo que esta decisión "supone una discriminación hacia la mujer".
De las ocho presentadoras suspendidas, cuatro trabajan en el canal Al Masriya, dos en Al Ula (La Primera) y dos en Al Zania, todos ellos de la televisión pública egipcia. La decisión fue tomada por la presidenta de la UERT, Safaa Hegazi, ella misma antigua presentadora de televisión
La medida ha provocado la indignación de varios grupos defensores de las mujeres. Así, el colectivo WCGLA ha condenado esta "violación de la Constitución", que ha definido como una forma de violencia contra las mujeres.
Esta agrupación ha instado a RTU a que cambie de decisión. Sin embargo, fuentes del canal han contestado que no revocarán su decisión, pero que las presentadoras recibirán sus sueldos y bonificaciónes por su periodo de inactividad.