La alimentación. Muchas de las comidas que se ingieren pueden aportar colesterol, sobre todo, aquellas de origen animal. Algunos de estos alimentos son la mantequilla, el jarabe de maíz, el queso cremoso, los lácteos enteros o el aceite de coco.
Fumar. Consumir tabaco e incluso estar expuesto a él, favorece un alto colesterol en sangre.
La falta de actividad física y el sobrepeso. No realizar ejercicio físico puede elevar el colesterol malo y reducir el bueno.
La herencia genética. Es la llamada hipercolesterolemia familiar y se hereda de los padres o abuelos.
La edad. Con el paso de los años el colesterol puede aumentar y, pasados los 65, el colesterol malo tiende a afectar en mayor medida a las mujeres.
Estas son solo algunas de las causas que pueden generar el colesterol alto. Aunque algunas de ellas no se pueden controlar, otras sí y por ello lo más recomendable es seguir un estilo de vida saludable, tal y como recoge 'Noticias 24'.