La capacidad física del agente, José Emilio García, queda acreditada por las carreras que tuvo que dar el viernes, pero también con la reciente medalla de bronce que ha conseguido en un mundial para el equipo de Duatlón de Bomberos y Policía de Oviedo, por la que fue reconocido hace poco por las autoridades locales.
José Emilio García estaba en la calle Marqués de Pidal, a la altura del colegio de La Milagrosa cuando observó a dos chicos corriendo, como si huyeran, en dirección a Viaducto Marquina, uno por cada acera. El agente se percató que uno de los jóvenes llevaba unas zapatillas y el otro llevaba una caja.
El policía, entonces, salió corriendo detrás de ellos. El que iba por la acera de la izquierda tiró las zapatillas y se metió en una cafetería. El agente le siguió hasta dentro y pidió a la gente que allí estaba que le retuvieran y a los dueños que cerrasen el establecimiento.
Volvió a la calle y el policía se puso nuevamente a correr detrás del otro joven. A pesar de la ventaja que le llevaba, consiguió reducirla y darle alcance en la calle Viaducto Marquina.
Sin embargo, el chico se revolvió y huyó en dirección contraria, por la calle Independencia, y se metió en la céntrica calle Uría. El policía le seguía detrás, corriendo y dando voces para que la gente se apartara. Al final, le alcanzó nuevamente en el número 29 de la calle Uría. Allí le inmovilizó y le detuvo. Uno de los jóvenes es menor, de 17 años.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, se ha mostrado muy satisfecho con la actitud del agente. "Estoy muy contento", ha señalado en declaraciones a Europa Press, elogiando la manera de actuar del policía. "Hay gente que se lleva el servicio público puesto encima", ha dicho, agradecido.