Gritos de apoyo a los compañeros que intervinieron en los disturbios del sábado en Madrid. Las consecuencias del 22M aún son visibles: vendajes, brazos en cabestrillo... Los policías insisten en que había que haber mandado más agentes. Dicen que los dejaron solos. Las órdenes eran de aguantar y no usar material anti disturbio. Exigen la dimisión de los cuatro mandos responsables.