Un joven de 13 años pierde las dos piernas al ser arrollado por el Metro de Madrid

Noticias Cuatro 29/05/2017 19:26

El suceso ocurrió este domingo sobre la 20 horas después de que los servicios de emergencia recibieran una llamada de una persona que escuchó gritos de auxilio de una persona desde un pozo de ventilación cercana a la estación de metro de Sierra de Guadalupe.

Al parecer, el menor tras ser arrollado se arrastró unos cinco o seis metros hasta dicho conducto de ventilación para evitar ser atropellado por otro convoy.

A la zona se desplazaron sanitarios del Samur-Protección Civil que lo atendieron en estado consciente, y lo trasladaron al Hospital de La Paz.

Un joven de 13 años pierde las dos piernas al ser arrollado por el Metro al caerse de los acoples de un tren

LAS PRIMERAS INDAGACIONES

El Consejero Delegado de Metro de Madrid, Borja Carabante, ha explicado este lunes que el joven cuando llegó al andén vio que el tren había cerrado las puertas y comenzaba a salir de la estación.

Según las primeras indagaciones, se subió en marcha a los acoples, donde se conectan los dos vagones y desde ahí cayó a las vías, cuando el convoy se había desplazado unos 25 metros, pasándole por encima de las piernas.

Carabante ha explicado que el accidente se generó por "una circunstancia absolutamente prohibida" y que Metro ha abierto una investigación para esclarecer todos los pormenores de este grave incidente mediante un expediente informativo.

LAS LÍNEAS CON TRENES MÁS ANTIGUOS

Según fuentes policiales, las líneas más utilizadas para estas prácticas son la 1, la 2, la 3 y la 4, donde circulan trenes más antiguos que tienen puertas que se pueden abrir fácilmente. Los jóvenes, la mayoría adolescentes, suelen justificarlas por la sensación de riesgo y adrenalina que le provoca viajar en los acoples de los convoyes.

Pero este peligroso juego o divertimento juvenil no es nuevo y también se da en los trenes de Cercanías. Desde los años 90 se han registrado numerosos accidentes provocados por estas prácticas temerarias. Por ejemplo, en 1992 Miguel Antonio, un niño de 11 años, se saltó las clases del internado donde estudiaba para ensayar este juego. Algo salió mal y tuvo un accidente entre las estaciones de Cuatro Caminos y Quevedo. Perdió media pierna y el bazo.

Dos años después Domingo, de 25 años, murió tras ser aplastado por un tren cuando saltaba de un compartimiento y otro a la altura de la estación de Alvarado. En julio de 1996 David, de 19 años, también cayó a las vías mientras practicaba este juego, y la máquina le seccionó el pie y le trituró la pierna izquierda.

Ya en este siglo, en diciembre de 2001 un joven de 25 años perdió la pierna derecha al ser arrollado en la estación de Iglesia por un vagón de metro, mientras saltaba de un compartimento a otro con unos amigos.

Accidentes de este tipo se han seguido produciendo posteriormente. El más grave ocurrió en junio de 2013, que en la misma estación, un joven falleció cuando cayó al suelo en las mismas circunstancias.