El alud que sepultó a los tres menores en Formigal era una lengua de nive de metro y medio de alto por tres de ancho y les sorprendió en una de las pistas de la zona del Pico Royo. Al parecer, los niños estaban sentados a un lado de la pista, lo que hizo que la niña, de siete años, no lograra escapar. Los responsables de la estación hablan de infortunio. La Guardia Civil investiga lo ocurrido y la zona donde se produjo la avalancha permanece cerrada.