El Papa dedica su mensaje por la Paz a refugiados y migrantes y pide "acogerlos, protegerlos, promoverlos e integrarlos"

EUROPA PRESS 24/11/2017 14:20

Estas cuatro acciones son necesarias, tal y como expone, para ofrecer a los solicitantes de asilo, a los refugiados, a los inmigrantes y a las víctimas de la trata de seres humanos una posibilidad de encontrar la paz que buscan.

Acoger significa, según el Papa, la exigencia de ampliar las posibilidades de entrada legal, no expulsar a los desplazados y a los inmigrantes a lugares donde les espera la persecución y la violencia, y equilibrar la preocupación por la seguridad nacional con la protección de los derechos humanos fundamentales.

Proteger es, en su opinión, el deber de reconocer y garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación. "En particular, pienso en las mujeres y en los niños expuestos a situaciones de riesgo y de abusos que llegan a convertirles en esclavos", advierte.

Promover tiene que ver para Francisco con apoyar el desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados". "Deseo subrayar la importancia que tiene el garantizar a los niños y a los jóvenes el acceso a todos los niveles de educación", enfatiza.

Integrar supone, a su juicio, trabajar para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge, en una dinámica de enriquecimiento mutuo y de colaboración fecunda, promoviendo el desarrollo humano integral de las comunidades locales.

NO SON UNA "AMENAZA"

En el texto, publicado este viernes 24 de noviembre, el Pontífice arremete también contra "los que fomentan el miedo hacia los migrantes, en ocasiones con fines políticos" porque en lugar de construir la paz "siembran violencia, discriminación racial y xenofobia" y pide que no contemplar las migraciones globales como una "amenaza" sino con "una mirada llena de confianza, como una oportunidad para construir un futuro de paz".

"En muchos países de destino se ha difundido ampliamente una retórica que enfatiza los riesgos para la seguridad nacional o el coste de la acogida de los que llegan, despreciando así la dignidad humana que se les ha de reconocer a todos, en cuanto que son hijos e hijas de Dios", ha denunciado.

Desde esta óptica, ha instado a adoptar políticas que transformen "en talleres de paz" las ciudades, de las que ha lamentado que estén "a menudo divididas y polarizadas por conflictos que están relacionados precisamente con la presencia de migrantes y refugiados".

El Pontífice ha recordado a los más de 250 millones de migrantes que hay en el mundo, de los que 22 millones y medio son refugiados, que "están dispuestos a soportar el cansancio y el sufrimiento, a afrontar las alambradas y los muros que se alzan para alejarlos de su destino".

DOS PACTOS MUNDIALES EN 2018

Por esto, ha deseado aliento para el proceso que debe alumbrar dos pactos mundiales en 2018 auspiciados por Naciones Unidas: uno, para una migración segura, ordenada y regulada, y otro, sobre refugiados.

"Por esta razón, es importante que estén inspirados por la compasión, la visión de futuro y la valentía, con el fin de aprovechar cualquier ocasión que permita avanzar en la construcción de la paz: sólo así el necesario realismo de la política internacional no se verá derrotado por el cinismo y la globalización de la indiferencia", ha señalado el Papa.

Para el pontífice el diálogo y la coordinación constituyen "una necesidad y un deber específicos de la comunidad internacional". "Más allá de las fronteras nacionales, es posible que países menos ricos puedan acoger a un mayor número de refugiados, o acogerles mejor, si la cooperación internacional les garantiza la disponibilidad de los fondos necesarios", ha destacado.

De este modo, ha defendido la necesidad de acoger con el compromiso concreto de "una cadena de ayuda y de generosidad, una atención vigilante y comprensiva, la gestión responsable de nuevas y complejas situaciones que, en ocasiones, se añaden a los numerosos problemas ya existentes, así como a unos recursos que siempre son limitados".

CONFLICTOS ARMADOS

Durante el mensaje, el Papa se ha preguntado sobre las razones que fomentan que haya tantos refugiados y migrantes. "Los conflictos armados y otras formas de violencia organizada siguen provocando el desplazamiento de la población dentro y fuera de las fronteras nacionales", se ha respondido.

En su análisis del fenómeno migratorio global, el Pontífice ha destacado que la mayoría emigra siguiendo un procedimiento regulado, "mientras que otros se ven forzados a tomar otras vías, sobre todo a causa de la desesperación, cuando su patria no les ofrece seguridad y oportunidades, y toda vía legal parece imposible, bloqueada o demasiado lenta".

También ha invitado a descubrir que los migrantes y a los refugiados no llegan con las manos vacías. "Traen consigo la riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones, y por supuesto los tesoros de su propia cultura, enriqueciendo así la vida de las naciones que los acogen", destaca.

Por ello, ha reiterado la necesidad de que los líderes políticos impulsen políticas de acogida que "permita el verdadero bien de su comunidad" es decir, teniendo en cuenta las exigencias de todos los miembros de la única familia humana y del bien de cada uno de ellos.