El Papa revela que improvisar en las homilías le ayuda a visualizar al individuo entre la masa

EUROPA PRESS 10/11/2016 14:28

"Obviamente aquí tengo que leer a menudo las homilías. Y entonces me acuerdo de lo que decía cuando era estudiante. Por eso, muchas veces me salgo del texto escrito preparado, añado palabras, expresiones que no están escritas. De esta manera, veo a la gente. Cuando hablo, tengo que ver a alguien. Lo hago como puedo, pero tengo esta profunda necesidad* Tengo este impulso de salir del texto, de ver a los ojos", explica.

Así lo cuenta el propio Francisco en una conversación con padre Antonio Spadaro, director de la revista La Civiltà Cattolica, quien lo recoge en el libro 'En tus ojos está mi palabra', un volumen de mil páginas que contiene las homilías y los discursos pronunciados en Buenos Aires entre 1999 y 2013.

Según señala el diario italiano La Stampa, el Pontífice revela que cuando en el seminario aprendió homilética él ya advertía "una fuerte aversión por las hojas escritas en las que estaba todo". "Y esto lo recuerdo bien. Estaba y estoy convencido de que entre el predicador y el pueblo de Dios no debe haber nada en medio. No puede haber un papel. Un apunte escrito sí, pero no todo completo", reflexiona.

"Y todavía en la actualidad sigo buscando los ojos de la gente. También aquí en la Plaza San Pedro. Cuando yo saludo, está la masa. Pero no la veo como masa: trato de ver por lo menos a una persona, un rostro preciso. A veces, es imposible debido a la distancia. Es feo cuando estoy muy lejos. A veces, lo intento sin lograrlo, pero lo intento. Si lo intento, veo que hay algo, que surge algo. Si veo a uno, tal vez los demás se sienten vistos. No como "masa", sino como individuos, como personas. Yo veo a los individuos y todos se sienten vistos", añade a continuación.

El Papa cuenta también algunos encuentros y experiencias que ha vivido con las personas, en el confesionario, en conversaciones personales y describe cómo le ha ayudado todo esto en sus predicaciones. "Cuanto más cerca estés de la gente, más predicas, o mejor, más acercas la Palabra de Dios a sus vidas. Así se relaciona la Palabra de Dios con una experiencia humana que necesita esa Palabra. Cuanto más te alejes de la gente y de los problemas de la gente, más te refugias en una teología enmarcada por el "se debe y no se debe", que no comunica nada, que está vacía, es abstracta, perdida en la nada, en los pensamientos* A veces, respondemos con nuestras palabras a preguntas que nadie hace", manifiesta.

Asimismo, el Papa explica cómo nacen las homilías de la misa matutina en Santa Marta, que prepara desde el día antes leyendo los textos y eligiendo una de las dos lecturas y recopilando a lo largo del día, mientras realiza el resto de tarea, las ideas que le sugieren.

"Hay días en los que llega la noche y no me viene a la mente nada, en los que no tengo idea de qué voy a decir al día siguiente. Entonces hago lo que dice san Ignacio: consulto con la almohada. Y entonces, inmediatamente, cuando me despierto, viene la inspiración. Llegan cosas justas, a veces fuertes, a veces más débiles. Pero es así: me siento listo", confiesa. Finalmente, afirma que predicar le ha hecho bien porque le ha hecho "feliz".