El Papa señala el deber de la Iglesia de proteger más a los menores de los abusos sexuales: "Somos responsables"

EUROPA PRESS 06/10/2017 15:06

El Papa Francisco ha reconocido que la Iglesia católica no ha hecho "lo suficiente" para defender a los menores de los abusos sexuales y ha reconocido su "responsabilidad" en "hechos gravísimos", por lo que ahora siente un deber mayor de proteger a los menores.

Así lo ha especificado este viernes 6 de octubre ante los participantes del congreso 'Dignidad del niño en el mundo digital', que concluyó este miércoles y que ha contado con relatores de todo el mundo.

"Han salido a la luz hechos gravísimos de los que hemos tenido que reconocer nuestra responsabilidad ante Dios, ante las víctimas y ante la opinión pública", ha subrayado. "Somos responsables", ha especificado.

Por ello, ha indicado que "la Iglesia siente hoy un deber especialmente grave de comprometerse, de manera cada vez más profunda y con visión de futuro, en la protección de los menores y de su dignidad, tanto dentro de ella como en toda la sociedad y en todo el mundo".

Además, ha arremetido contra los que ocultan estos delitos o no los denuncian. "¿No hemos entendido demasiado bien en estos años que ocultar la realidad del abuso sexual es un gravísimo error y fuente de tantos males?", ha preguntado.

El Pontífice se ha mostrado categórico al señalar que se trata de "crímenes contra los que hay que proceder con determinación, cooperando los gobiernos a nivel global".

El Papa ha dedicado gran parte de su discurso a la protección eficaz de los menores en el mundo digital al recordar que más de 800 millones de niños utilizan Internet. De este modo, ha alertado de que en la red se están propagando fenómenos "extremadamente peligrosos" como la difusión de imágenes pornográficas "cada vez más extremas porque con la adicción se eleva el umbral de la estimulación".

En este sentido, ha advertido de que una sociedad con un "consumo anómalo de sexo" en Internet no puede ser capaz de proteger "eficazmente" a los menores.

"Sería un grave engaño pensar que una sociedad en la que el consumo anómalo de sexo en la red se extiende entre los adultos será capaz de proteger eficazmente a los menores", ha señalado.

En este sentido, ha instado a no "subestimar" o "tratar de hacer olvidar" que también se dan problemas en los adultos y ha advertido de "la difusión de una pornografía cada vez más extrema" que está causando "trastornos, adicciones y daños graves" y afectando a la "representación simbólica del amor y a las relaciones entre los sexos".

Por ello, ha precisado que, aunque para los ordenamientos jurídicos se necesita un límite que distinga entre el menor y el mayor de edad, "eso no es suficiente".

SEXTING, VIOLENCIA MORAL Y FÍSICA

En este contexto, se ha referido al fenómeno del 'sexting' un término en inglés que se usa para referirse al acto de enviar mensajes explícitos de contenido erótico o sexual desde un dispositivo móvil. "La intimidación que se da cada vez más en la red representa una auténtica violencia moral y física contra la dignidad de los demás jóvenes", ha denunciado.

Por otro lado, ha recordado que la antigua difusión de pornografía a través de medios impresos era un fenómeno de "pequeñas dimensiones" comparado con lo que "está sucediendo hoy en día, de una manera cada vez más creciente y rápida, a través de la red".

Así ha instado a no dejarse "dominar por el miedo" y a movilizarse para encontrar "el camino y las actitudes adecuadas que ayuden a dar respuestas eficaces".

También se ha referido al profundo impacto que las imágenes violentas y sexuales tienen en las dúctiles mentes de los niños y ha aludido a "los trastornos psicológicos" que después "se manifiestan en el crecimiento".

Finalmente, ha alertado de que los programas de bloqueo en ordenadores y otros aparatos no son suficientes para impedir que los menores accedan a esos contenidos. En este sentido, ha llamado a despertar la conciencia sobre la gravedad de los problemas y desarrollar leyes apropiadas para controlar el desarrollo de la tecnología, identificar a las víctimas y perseguir a los culpables de crímenes.