"El predicador y el testigo deben serlo en la caridad. Sin esta, serán discutidos y sospechosos", ha subrayado el Pontífice durante su discurso, cuando se cumplen ocho siglos desde que el Papa Honorio III confirmó la Orden de los Predicadores.
Concretamente, Francisco ha pedido tres cualidades a los dominicos: predicación, testimonio y caridad. A su juicio, estos son "los tres pilares que afianzan el futuro de la Orden" manteniendo "la frescura del carisma fundacional".
Sobre el primero, la predicación, el Pontífice ha recordado las palabras del fundador de la Orden: 'Primero contemplar y después enseñar'. Y ha apuntado que hay que cambiar aquellas predicaciones que no toquen el corazón aunque sean "muy perfectas, razonables e incluso admirables".
"Es tan imprescindible el estudio serio y asiduo de las materias teológicas, como todo lo que permite aproximarnos a la realidad y poner el oído en el pueblo de Dios", ha añadido.
Asimismo, ha destacado la importancia del testimonio para transmitir "más eficazmente" la Palabra de Dios. "Los fieles no sólo necesitan recibir la Palabra en su integridad, sino también experimentar el testimonio de vida de quien predica", ha indicado, poniendo el ejemplo de los santos.
Francisco ha afirmado que en el mundo actual, los hombres y mujeres están lanzando "un grito" de "sed de Dios" y ha invitado a los Dominicos a que este grito les interpele y sea el que vertebre su misión y dé vida a sus programas pastorales. "Piensen en esto cuando reflexionen sobre la necesidad de ajustar el organigrama de la Orden", ha instado, al tiempo que les ha pedido que no caigan en el gnosticismo.