"La Navidad es una ocasión para estar más atentos a las necesidades de los pobres y de aquellos que, como Jesús, no encuentran a quien les acoja", ha indicado el Pontífice durante el encuentro, en el que han estado presentes el Abad de Montevergine, el arzobispo de Warmia y el obispo de Elk en Polonia, así como los niños tratados en los sectores oncológicos de algunos hospitales italianos y los niños afectados por el terremoto en el centro de Italia que han sido los encargados de la decoración del abeto.
Francisco ha destacado que el pesebre y el árbol de Navidad "hablan con su lenguaje simbólico" y hacen "que sea más visible" el nacimiento de Jesús. Así, ha precisado que "el árbol se extiende hacia arriba y estimula a ir hacia los dones más altos", mientras que en el pesebre se contempla "la ternura de Dios".
En concreto, ha remarcado que la cuna está inspirada "en las obras de misericordia". "El pesebre es el lugar evocador donde contemplamos a Jesús que, tomando sobre sí las miserias del hombre, nos invita a hacer lo mismo, a través de acciones de misericordia", ha explicado.
Este jueves por la tarde se iluminarán tanto el árbol de Navidad, un abeto rojo de 28 metros donado por la arquidiócesis de Elk, en Polonia, como el pesebre que este año es ofrecido por la Abadía Territorial de Montevergine y es de tradición napolitana. El árbol y el pesebre permanecerán iluminados hasta la noche del domingo 7 de enero de 2018.