En los últimos meses, este buque español ha rescatado a cientos de migrantes, la última ocasión el pasado 3 de noviembre cuando salvó a 210 supervivientes de dos embarcaciones.
"Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a la tripulación del Buque Cantabria que presta su servicio en el Mediterráneo en favor de los inmigrantes. Gracias, gracias por lo que hacen. Muchas gracias", ha expresado el Pontífice al término de la catequesis.
Durante la audiencia, el Papa Francisco se ha centrado en la importancia del "silencio" antes de la misa para poder "dialogar" con Dios en la oración y ha recordado a los fieles que la Eucaristía "no es un espectáculo", en línea con la advertencia que hizo la semana pasada sobre el uso de los móviles para tomar fotografías.
Dejando los papeles a un lado, el Pontífice ha ilustrado una situación que suele suceder al ir a misa y ha recordado sus palabras de la semana pasada cuando pidió "levantar los corazones al Señor", y no los teléfonos móviles.
"Cuando vamos a Misa, tal vez llegamos cinco minutos antes y comenzamos a conversar con quien está a nuestro lado. Pero no es el momento de charlar, es el momento del silencio para prepararnos para el diálogo. Es el momento de recogerse en el corazón para el encuentro con Jesús. El silencio es muy importante. Recuerden lo que dije la semana pasada: no vamos a un espectáculo, vamos a encontrarnos con el Señor".
En concreto, ha mencionado dos predisposiciones para aprender a rezar bien: ser humildes y dejarse "sorprender". En cuanto a la primera, ha precisado que el cristiano debe tener la humildad de reconocerse pequeño, "como un niño" en brazos de su padre.
Además, ha añadido que se necesita esa capacidad de asombro, como la tienen los más pequeños, para reconocer la presencia de Dios porque, según ha subrayado, "el encuentro con Dios es siempre un encuentro vivo, no de museo".