Sarah Morrison sufre osteogénesis, una enfermedad de los huesos, que los vuelve frágiles. Desde que ha nació se le han fracturado más de 200 huesos.
Por esa causa ingresó en el hospital pediátrico de Sheffield para ser sometida a una operación, en la que le implantaban varillas metálicas en sus extremidades con el objetivo de reforzar los huesos.
Sus padres se quedaron horrorizados cuando vieron a Sarah salir del quirófano sin cinco de sus dientes, según ha publicado The Telegraph.
Los responsables del hospital explicaron que los dientes de leche de la pequeña fueron extirpados porque representaban un serio riesgo en las vías respiratorias de Sarah durante la intervención quirúrgica.
Además, aseguraron que los padres habían sido informados de los procedimientos, un punto en el que no se ponen de acuerdo, porque estos niegan haber dado el consentimiento.
La madre de la pequeña ha negado que todos fueran dientes de leche, porque dos eran ya los permanentes. La pareja, después de lo ocurrido, está valorando trasladar a su hija, a otro hospital.
El hospital, por su parte, ha abierto una investigación interna sobre lo ocurrido y la policía también han sido informada del incidente.