Para Margaret Boemer, el de Lynlee era su cuarto embarazo. Los anteriores habían discurrido sin problema así que, cuando en la semana número 16 acudió a hacerse una ecografía rutinaria, la noticia que le dio el médico dejó a la familia conmocionada.
Según el relato que recoge CNN, los doctores le comunicaron a los padres que al feto le estaba creciendo un tipo de tumor, el teratoma sacrococcígeo, un tumor que se da cada 35.000 nacimientos. Pese a considerarse común, su operación no resulta nada sencilla.
A las 23 semanas, el tumor, de un tamaño casi igual al del feto, estaba ya afectando al corazón de la pequeña por lo que los doctores decidieron entonces realizar una complicada cirugía fetal. Durante las cinco horas que duró la operación, sacaron a Lynlee del útero de la madre, extirparon casi la totalidad de la masa tumoral, y la volvieron a introducir.
Lynlee nació al cabo de otras 12 semanas. Fue entonces cuando los doctores la sometieron a una segunda operación para terminar de retirar los restos que quedaban de tumor, que había comenzado a crecer de nuevo.
Cuatro meses después, la pequeña se encuentra en perfecto estado, según muestran sus padres en Facebook.