Una expedición en el Báltico pretende documentar los hábitat amenazados del Sund

Noticias Cuatro/ Agencias 11/04/2016 13:00

La expedición tratará de documentar las frágiles especies y hábitat marinos y dar a conocer los efectos de la actividad humana sobre la biodiversidad.

El Sund conecta el salobre Báltico con el Mar del Norte, más salado, y resulta esencial para todo un conjunto de especies y hábitats marinos en declive que necesitan protección.

La campaña, tendrá una duración de tres semanas y está financiada por la Swedish Postcode Foundation. En concreto, se empleará un robot submarino que graba en alta definición y submarinistas profesionales y las muestras de fondo permitirán recoger datos adicionales.

Oceana ha visitado el Sund durante sus expediciones al Báltico y el Kattegat de 2011, 2012 y 2013, y la de 2016 se apoyará en estos trabajos para centrarse exclusivamente en este estrecho y recopilar datos esenciales para avanzar en su protección y gestión.

El director ejecutivo de Oceana Europa, Lasse Gustavson, ha destacado que el Sund es un "perfecto candidato a ser protegido", ya que está "densamente" poblado a ambos lados y sufre un "continuo aluvión" de actividades humanas que amenazan su rica biodiversidad y las actividades económicas que dependen de ella.

"Los hábitats y especies marinas no reconocen fronteras políticas, por lo que un área marina protegida transfronteriza sería la única manera de asegurar la protección real de todo el Sund. Los datos que reúna Oceana resultarán esenciales para lograrlo", ha añadido.

En la zona hay hábitats marinos como las comunidades de Haploops y de mejillones, que están en declive y muchos de los bancos de arena, donde los peces ponen los huevos y se alimentan, han sido destruidos por dragados sin regular. Además, la ONG denuncia que la falta de protección de estos soportes "tan importantes" para los ecosistemas marinos amenazan la biodiversidad y también el futuro de las industrias locales que dependen del estado saludable del medio marino.

Las pesquerías de la zona y el sector del ocio y el turismo proporcionan empleos e ingresos vitales para una región en la que habitan 3,8 millones de personas y donde la vida marina sufre múltiples amenazas de origen humano: tierra ganada al mar, contaminación, tráfico marítimo y dragado de arena, entre otras.