El historiador ha explicado a BBC Mundo que el primero en hacerlo fue Luna2, una nave especial lanzada por la Unión Soviética en el año 1959. A partir de entonces, otros países han enviado una serie de objetos a La Luna.
“La tripulación recolectó mucho material: rocas, muestras… Para llevarlas a la Tierra tuvieron que deshacerse de otras cosas” ha explicado Barry.
Timothy Nelson, un abogado especializado en leyes internacionales, ha explicado que el acuerdo que gobierna la Luna no menciona el tema de la basura. “Lo único que sí está prohibido es dejar armas o hacer experimentos con armas”.
Por otro lado, Margaret McLean, del Centro Markkula de ética aplicada de la Universidad de Santa Clara, en California, considera que las cosas que ya están abandonadas en la Luna hay que preservarlas como parte del paisaje lunar ya que se puede aprender mucho de ellas. “Lo que para alguien es basura, para otros puede ser un tesoro”.
“En 300 o 400 años, la gente podrá ir fuera de la tierra a pasar las vacaciones y visitar los sitios donde aterrizaron las misiones Apolo. Seguramente, estos sitios se convertirán en un museo” dice Barry. Según el historiador, los científicos están interesados en volver para ver qué ocurrió con los objetos abandonados pero que la superficie de la Luna es del tamaño de África aproximadamente y solo hay seis sitios en los que hay cosas.