Todo comenzó por inmortalizarse para aquellos días tan señalados en la vida de una persona como es el de la boda, pero ahora cualquier escusa es buena para hacerse un clon personalizado.
Es una empresa de la ciudad de Tokyo quien se dedica a realizar impresiones en 3D de los clientes que quieren inmortalizarse para siempre. Por el precio de unos 1000 euros, cualquiera puede tener un “mini yo” encima de la estantería o para regalar.
Como explican los profesionales de los clones en el diario Daily Mail, durante el proceso ponen al interesado en una silla en medio de una sala y utilizando numerosas cámaras, el proceso dura tan solo unos segundos y el resultado es para toda la vida.