Advertir del peligro que acecha no es algo malo, de hecho es algo que se debe hacer. Pero en su justa medida. Según estudio realizado por el Journal of Pediatric Phychology las niñas son alertadas cuatro veces más que niños a la hora de hacer frente a sus miedos y a peligros que pueden acecharles.
El peligro ayuda a desarrollar la capacidad resolutiva ante los problemas y a desarrollar la confianza. Esto hace que en el futuro, cuando se alcanza cierto grado de madurez, las mujeres desarrollan muchas más inseguridades y miedos a la hora de tomar decisiones o enfrentarse a peligros que son fruto de esa sobre protección, tal y como recoge 'Upsocl'.
Sin embargo, a los niños no se les educa con excesivas advertencias sobre los peligros que pueden rondarles. De este modo, se inculca la idea de que el niño es el valiente y la niña la miedosa. Además, hay otro problema de base, y es que los padres, en muchos casos, tienden a pensar que las hijas suelen ser más frágiles que los hijos.