La pequeña Miranda Grace de dos años falleció por comer palomitas. Todo ocurrió en mayo cuando la niña estaba comiéndolas sin la supervisión de nadie. Entonces, se atragantó.
Su padre, al darse cuenta, intentó reanimarla haciéndola el boca a boca hasta que llegó la ambulancia. Los médicos diagnosticaron entonces la muerte cerebral.
Dos meses después, recomendaron a la familia retirar la respiración artificial para ver si Miranda podía hacerlo por ella misma. Sus padres se opusieron porque consideraban que su salud estaba mejorando poco a poco.
Además, denunciaron a los médicos porque consideraban que la niña no estaba recibiendo la alimentación ni los cuidados adecuados. Finalmente, seis meses después de lo ocurrido, Miranda falleció por un fallo en los riñones tal y como informa 'Debate'.