Una niña de seis años muere después de que los médicos tarden tres horas y media en tratarla de una meningitis

Noticias Cuatro 06/09/2017 19:28

Layla-Rose Ermenekli fue trasladada a urgencias del Hospital Real de Oldham (Reino Unido) por su madre tras presentar fiebre, dolor de cabeza y dolor de estómago.

La pequeña estuvo esperando casi dos horas a ser atendida por los médicos. Una vez en la consulta, el doctor consideró que la pequeña sólo tenía un virus y le dio el alta. Pero al no encontrarse bien, la niña fue derivada al pediatra, según informa Mail.

Tras otra espera, el médico que la evaluó encontró que la menor tenía una erupción en su cadera, pero el médico que la había explorado primero le avisó de que era sólo una contusión y no un síntoma de ninguna enfermedad.

Media hora más tarde, fue evaluada por un tercer médico que la insertó una cánula, le hizo análisis de sangre y le dio antibióticos para tratar la septicemia que le había diagnosticado.

Aun así, las ronchas empezaron a esparcirse rápidamente por el cuerpo de la pequeña, que sufrió un paro cardiaco, lo que la provocaría finalmente la muerte.

A pesar de que los médicos encontraron el origen de su malestar, se había perdido mucho tiempo en las primeras evaluaciones. La infección se extendió rápidamente y poco pudieron hacer los servicios sanitarios por salvarla la vida.

Pero ahora el hospital ha abierto un informe para evaluar el caso y ha determinado que el primer médico que examinó a la pequeña no vio el sarpullido porque no estaba documentado en el informe previo a la consulta, por lo que el diagnóstico se retrasó y se perdieron “oportunidades de tratamiento”.

El informe recoge, además, que hubo “incapacidad para identificar la naturaleza de la septicemia y tratarla en consecuencia”, así como también hubo “incapacidad para reconocer un moratón que en realidad era una erupción, lo que hubiera sido un indicador claro de que la niña sufría una septicemia meningocócica.”

Kirsty, que estaba embarazada en el momento del incidente, se ha visto obligada a abandonar su trabajo como esteticista tras la tragedia.

La familia ha recaudado más de £10,000 para que otros enfermos puedan luchar contra esta enfermedad y ahora están haciendo campaña para que todos los niños menores de 16 años se vacunen de meningococica D.

Los padres de Layla-Rose Ramazan Ermenekli Layla-Rose han querido dedicarle unas últimas palabras a su pequeña, a la que despidieron así: "fue una amada, brillante y hermosa hija y hermana. Tenía muchos amigos y le gustaba mucho bailar.”