Leah Woodward y su mardio estaban volviendo a casa cuando el coche que viajaba delante de ellos resbaló con una placa de hielo y chocaron contra otro vehículo. Apenas sin tener tiempo para reaccionar, la pareja salió de su coche para ayudar a las víctimas.
Fue en uno de los coches donde encontraron a la familia Gonzalez. A Leah le llamó la atención el pequeño que se encontraba en la parte de atrás, que se mantenía completamente quieto en una extraña situación. En una publicación de Facebook, Leah cuenta que le llamó la atención que Killian tenía a su alrededor un líquido transparente, de color rosado…Que resultó ser líquido cefalorraquídeo, ya que el pequeño se había roto la médula espinal
Leah siguió las órdenes de su marido y colocó al pequeño completamente recto hasta que llegaron los paramédicos. Como después les contarían, Killian Gonzalez había sufrido una decapitación clínica, es decir, su cabeza se había separado por completo de su columna vertebral y de su médula espinal.
Este tipo de sucesos suelen tener una mortalidad muy alta. Sin embargo, Killian está recuperándose a gran velocidad y puede andar, comer y sentarse por sí solo. Su madre, Brandy Gonzalez, no tiene suficientes palabras de agradecimiento para Leah Woodward, según cuenta el diario Metro.