Varias personas que visitaban el pasado jueves un cementerio de la ciudad de Peraia alertaron a la policía de que habían escuchado golpes y gritos ahogados de una mujer que procedían del interior de una tumba, una hora después de que se produjese el entierro, según publicó The Guardian.
Cuando las autoridades del cementerio sacaron el ataúd, confirmaron que la mujer estaba muerta, pero las declaraciones de los testigos hacen dudar de si los médicos se equivocaron al declarar el fallecimiento de la mujer de 45 años, enferma de cáncer.
Un equipo forense realizará la autopsia para analizar si la mujer falleció asfixiada en el interior del féretro.
Una forense que examinó el cuerpo antes de que fuera enterrado no cree la versión de los testigos.
"Hicimos varias pruebas incluyendo una de falla cardiaca", dijo Chrissi Matsikoudi al canal griego MEGA.
Los familiares de la mujer sin embargo, se están planteando presentar una demanda contra los doctores que la trataron en la clínica privada en la que falleció.