La niña, muy reacia a hablar, negó haber mantenido relaciones sexuales. Los médicos certificaron su embarazo, controlaron la hemorragia que sufría y le dijeron que debía volver al centro sanitario para que le hicieran el seguimiento de la gestación que, por su edad, es considerada de riesgo.
Cuando una menor llega embarazada a un centro hospitalario, el protocolo obliga a los sanitarios a avisar a las autoridades. Los agentes de la Guardia Civil desplazados al hospital para hablar con la menor y sus padres barajan la posibilidad de que el padre del niño sea otro menor de 12 años, según informa La Opinión de Murcia.
Si las relaciones fueron consentidas, la investigación se cerraría sin cargos. Si se probara que fue una violación por parte de un menor de 12 años no se juzgaría como abuso sexual porque los menores de 14 son inimputables.
Los servicios sociales investigarán a la niña y su entorno por si necesitara medidas de acogimiento para garantizar su bienestar y el del bebé. Aunque los médicos le dijeron a la menor que debía volver al médico, hasta ahora la niña no ha vuelto por el hospital.