Un niño de cinco años, condenado a llevar máscara para sobrevivir

cuatro.com 22/07/2011 09:35

La terrible historia del pequeño niño chino Wang empezó hace cinco años cuando cayó sobre un montón de paja ardiendo. Ahí comenzó un calvario que los médicos no creen que vaya a tener fin, al menos a corto plazo, si es que consiguen que sobreviva.

Para evitar que sus cicatrices, en la cara y en las manos provocadas por las quemaduras se infecten y acaben asfixiándole debe vivir con una máscara cubriéndole siempre su rostro. Un tumor oprime su tráquea, y aunque le operaron hace unos meses para que pudiera respirar ha vuelto a reproducirse.

El padre de Wang pensó que en Pekín podrían hacerle injertos, pero de momento se ha descartado la operación por la gravedad que presenta.

Su madre no se cansa de agradecer la generosidad de algunas personas que han financiado una máquina especial para que ayude a ventilar la respiración nocturna del y no se ahogue.

Wan soporta estoico cada día el dolor de los masajes, imprescindibles para que las cicatrices no empeoren. Mientras, como cualquier otro niño, intenta divertirse y olvidar que ya apenas tiene rostro.