Robyn Benson, de 32 años, ingresó el pasado 28 de diciembre debido a una hemorragia cerebral. Sufría un terrible dolor de cabeza, por lo que mandó a su marido, Dylan, a compar algunos medicamentos. Cuando éste volvió la encontró tirada en el suelo inconsciente. Tras acudir al hospital, Robyn fue declarada clínicamente muerta al día siguiente.
Tras 5 semanas de aquel suceso, Dylan ya tiene preparado el nombre de su hijo, que se llamará Iver y nacerá a través de cesárea. "Los doctores opinan que hay un 80% de posibilidades de que sobreviva, y aumentan cada día que pasa", asegura Dylan.
Según informa CNN, planean desconectar a Robyn cuando haya cumplido 34 semanas de embarazo, momento en el cual nacerá Iver.
Cientos de personas se han unido a una plataforma online llamada Fundación Bebé Iver, en la que gracias a la caridad de aquellos que han oído el caso de la familia, han recaudado más de 75.000 dólares.
El dinero será utilizado para pagar recibos médicos, necesidades del bebé, cuidados, comida, transporte y educación.
"Es muy difícil saber que tu hijo nacerá sin conocer nunca a su maravillosa madre, y que tendremos que decir adiós a Robyn horas después de haber visto a Iver por primera vez", concluye Dylan.