Cuando una pareja se une debe aceptar lo bueno y lo malo de la otra persona. Pero en ocasiones, los malos hábitos como fumar, ingerir comida basura o morderse las uñas pueden ser una mala influencia directa.
Según un estudio norteamericano, los malos hábitos influyen más sobre las parejas. Desarrollar el mismo vicio que el otro es más probable que ayudarse para cambiar.
Los investigadores han realizado entrevistas en profundidad a 122 hombres y mujeres que estaban casados hace varios años. De esta manera, el estudio informa que las parejas que habían estado juntos entre ocho y 52 años han adoptado al menos un mal hábito del otro, según informa el 'Daily Mail'.
El profesor Corinne Reczek, quien ha dirigido el análisis en la Universidad de Cincinnati, ha explicado que "estos hallazgos sirven para argumentar que las parejas son conscientes de las formas en las que promueven los hábitos saludables de la otra".
Las conclusiones también se aplican a las parejas de gays y lesbianas, aunque en estos casos es más difícil indentificar la 'mala influencia'.