Muchos dirán que se veía venir y que ya se atisbaba un diamante en bruto en ese chico tímido, de inteso cabello pelirrojo, piel sonrosada y una miríada de acechantes pecas.
Pero lo cierto es que Louis Evans era un desgraciado estudiante objeto de acoso escolar. Sus crueles compañeros de pupitre en un colegio de Lowestoft, en el Reino Unido, se burlaban continuamente de él por el color rojo de su pelo, las pecas que manchaban su cara y, sobre todo, por su acné.
Cuenta Daily Mail que el ensañamiento llegó hasta borrarle el nombre. Dejó de ser Louis para ser 'Rusty', un apelativo despectivo que se usa habitualmente para referirse a los pelirrojos.
El maltrato duró años y Louis siempre deseó que aquello terminará. Especialmente los granos que marcaban su rostro. Eran una barrera para relacionarse con las chicas.
El cambio comenzó a producirse hacia el final de la pubertad. Al rebasar los veinte años, Louis dejó atrás esos estigmas objeto de escarnio por parte de sus compañeros y se convirtió, poco a poco en un elegante y hermoso hombre. Su rostro se hizo más anguloso, las pecas se desvanecieron en un cutis más claro y brillante y el acné desapareció sin dejar huellas en la piel.
Pero quedaba aún el paso más importante. Louis trabajaba como comercial a puerta fría. Un empleo rutinario y aburrido que le tenía encajonado. Fue su madre la que le animó a lanzarse al mundo de la moda convenciéndole para que contactase con una agencia de modelos.
Y a partir de ahí se obró el cambio. Semana de la Moda de Londres, páginas en la edición británica de Vogue o campaña en la BBC. Y esto solo ha sido el principio. Porque ahora, Louis ha sido contratado por la agencia 'Independent Men' para desfilar en la próxima edición de la Semana de la Moda de Milán que tendrá lugar en junio.