A sus 51 años, Gloria puede soportar el dolor gracias a los parches de morfina y a 13 pastillas diarias. Es la única manera de sobrellevar la doble hernia discal que le diagnosticaron hace ya 8 años. Dice que vive con dolor las 24 horas del día. En 2008 entró en la lista de espera, dos años después, cuando se quejó al hospital, le dijeron que aún le faltaba un año más. Entonces le llegó una carta avisándole de que la demora era de hasta cinco años. Ya lleva esperando casi seis años. Cuando le dijeron que por fin la iban a operar, el hospital público estaba saturado y la derivó a otro centro, pero allí consideraron que su operación era de alto riesgo y que no tenían medios para afrontarla. Mientras espera, reconoce que es una adicta a las medicinas que toma, que ha engordado unos 40 kilos, que ha perdido parte de su dentadura y que ha caído en una depresión. Dice que apenas puede trabajar ni cuidar a su hija de ocho años.