Los 360 trabajadores de lavandería hospitalaria del servicio madrileño de salud se han plantado ante la propuesta de recortar sus salarios hasta el 46% a partir del 1 de diciembre. Los empleados han parados su actividad y, aunque no hay convocada oficialmente ninguna huelga, miles de kilos de ropa sucia procedente de los doce hospitales más grandes de la Comunidad de Madrid se acumulan en la lavandería central. Con la privatización del servicio, que se ha adjudicado a dos empresas de la Fundación ONCE, cambian radicalmente las condiciones laborales de los trabajadores. Mientras los empleados deciden en asamblea cómo van a llevar su protesta los camiones cargados no dejaban de llegar, pero en la lavandería central mantienen su encierro e inactividad.