Es la primera vez que tanta gente se sienta en un banquillo por difundir un video erótico a través de Internet. Dieciocho personas, vecinos de Ordes, en La Coruña, y todos conocían a la protagonista de ese vídeo. La joven guardaba en su ordenador vídeos eróticos de ella misma. Llevó el PC a una tienda para que lo arreglarán y un trabajdor de la tienda, los sacó del disco duro y los difundió. Es el principal acusado y piden 8 años de cárcel por revelación de secretos. Un vecino del pueblo es el que avisó a la familia de la joven de que el vídeo estaba circulando a toda velocidad por la red.
Alguno de los acusados incluso llegó venderlo a 5 euros.