Un sintecho ha admitido haber asesinado a una madre y su hijo de trece años, así como haber intentado acabar con la vida del padre. La familia, que hacía un año que había acogido al sintecho, le había conseguido también un trabajo con el cual poder mantenerse, según informa Mirror.
La mañana de los asesinatos el padre había salido a pasear al perro, pero al llegar a casa todo estaba muy tranquilo, por lo que pensó que todos estarían durmiendo. Pero al entrar por la puerta trasera, Aaron le asestó seis puñaladas. Tras ello, el joven huyó en el coche familiar, pero tras una persecución policial, estrelló el coche contra un muro y las autoridades pudieron arrestarle.
El padre, que se pudo recuperar de las puñaladas, ha explicado cómo llegó el sintecho a su vida. Todo comenzó cuando la madre le vio durmiendo entre cartones a la salida de un conocido supermercado británico. Apenada, intentó hacer todo lo que estaba en su mano para ayudar al joven: desde proveerle de comida y techo, hasta ofrecerle su amistad.
“Ojalá nunca le hubiera conocido, ojalá mi esposa jamás hubiera puesto su atención en él”, ha dicho.
La familia Wilkinson le llevó hasta un hostal, que ellos le pagaron, y le ofrecieron comida. Algunos días iba a su casa, otros le daban dinero para que el joven pudiera comer fuera.
El padre recuerda las palabras que éste le dijo en una cena familiar a la que acudió: “Sólo necesito a alguien que me dé una oportunidad”. Unas semanas después de esta conversación, el padre decidió ofrecerle al sintecho un empleo en una de las empresas que regentaba. Pero tras un cambio en su conducta, dejó el trabajo. “Empezó a tomar drogas y, como negocio, tuvimos que dejarle marchar.”, ha dicho el padre.
Después de pasar unos meses sin saber de él, le volvieron a ver por las calles y, una vez más, la madre se empeñó en ayudarle. La familia le volvió a encontrar alojamiento y trabajo. El joven empezó a realizar tareas para la familia y algunos de sus conocidos.
En Navidades, incluso, cenaron con él y, a modo de agradecimiento, le escribió una carta a Tracey, a la que apodaba como “la madre que nunca tuvo”.
Tras el periodo festivo, Aaron consiguió un trabajo a jornada completa y se mudó a un piso en Brierley Hill, muy cerca de donde vivía la familia. Todo parecía normal, de hecho, el sintecho acudía un par de veces a la semana a cenar con la familia.
Pero tres semanas después de la última cena que compartieron, Aaron volvió a la casa de la familia Wilkinson para matarles, aunque aún se desconocen los motivos por lo que lo hizo. El sintecho se ha declarado culpable en el juicio que ha comenzado hoy y que se espera que dure tres semanas.