José Bretón, padre de los niños Ruth y José, desaparecidos desde el pasado 8 de octubre en un parque de Córdoba, se ha autolesionado esta mañana en la cárcel cordobesa de Alcolea. Para ello ha utilizado una cuchilla de afeitar que había escondido. Se ha realizado un corte superficial en la muñeca y otro más profundo en el hombro. Le han tratado las heridas y aplicado varios puntos de sutura sin que fuera necesario su traslado al hospital, según informa Malena Guerra
Fuentes de Instituciones Penitenciarias confirman que Bretón aprovechó un descuido de un funcioario este domingo para guardarse la cuchilla con la que se afeitaba. El hecho de que se produjera los cortes justo antes del recuento diario, con su compañero de celda presente, hace pensar que sólo pretendía llamar la atención.
José y Ruth Bretón, de dos y seis años, permanecen desaparecidos desde el 8 de octubre, mientras se encontraban bajo la custodia de su padre, que se había separado pocos días antes de su mujer y madre de los menores.
Coincide este hecho con la "atenuación" de las medidas anti suicidio de Bretón en la cárcel. Junto a la posibilidad de afeitarse, le han permitido utilizar cubiertos menos endebles que los de plástico, aunque sin llegar a ser de metal.
Además, la familia de la madre, Ruth, habían empapelado las casas de los familiares de José Bretón con fotos de los pequeños en un acto de presión para que, según ellos, la familia del padre sabe que ha podido ocurrido a los pequeños y le piden que colabore con la policía.
Bretón tenía en la cárcel el régimen más duro de control penitenciario porque hace catorce años intentó suicidarse. En esa ocasión lo hizo con pastillas.
"Totalmente hundido"
En declaraciones a Europa Press, el abogado de Bretón, José María Sánchez de Puerta, que se acaba de reunir con su cliente, asegura que el padre de Ruth y José, que supuestamente desaparecieron el 8 de octubre en la capital cordobesa, "está totalmente hundido".
En relación a su autolesión con una cuchilla y por la que ha resultado herido de carácter leve, Sánchez de Puerta argumenta que "no tiene importancia ninguna", aunque, admite que él se encuentra muy mal, fatal de ánimo".