La acusación se da después de que el actor demandase a la compañía por fraude de decenas de millones de dólares. En la demanda, Depp alega que se administraron mal sus fianzas, se llevaron a cabo préstamos sin su consentimiento y se le ocultaron sus problemas financieros.
Por su parte, TMG alega que en todo momento Depp estuvo informado de que estaba gastando más de lo que debía. No obstante, el actor solo se dio cuenta de sus problemas financieros cuando le aconsejaron vender parte de una propiedad en Francia para hacer frente a los gastos. En ese momento, fue cuando el actor cambió de gestora y presentó la demanda.
Entre los enormes gastos del actor, TMG destaca, además de las decenas de dólares en el ingeniero de sonido, 30.000 (27.492 euros) al mes en vino, 200.000 en aviones privados (183.284 euros), 150.000 (137.463 euros) en seguridad y 300.000 (274.926 euros) en una plantilla de 30 personas, según publica el diario The Mirror.
Joel y Robert Mandel, dirigentes de TMG, cuentan que no solo “hicieron todo lo posible para proteger a Depp de su propio gasto irresponsable y despilfarrador”, sino que el actor es quien debe a la compañía aún 4,2 millones de dólares (3,84 millones de euros). “Depp, y solamente Depp, es el responsable de cualquier turbulencia financiera en la que se encuentre.