"Mi princesa ha extendido sus alas de ángel y ha ido a jugar con sus amigos y seres queridos. Ahora velará desde allí arriba por su hermano pequeño y por nosotros mismos hasta que un día volvamos a reunirnos de nuevo", ha escrito su padre Andy Whelan en Facebook.
Jessica sufría un Neuroblastoma, diagnosticado a finales de 2015 en estado muy avanzado. Su padre quiso mostrar en redes "la verdadera cara del cáncer". En una de los últimas fotos de la niña que subió explicaba que estaba tomada en un momento en el que ni los padres podían ofrecerle "consuelo" cuando la niña se retorcía de dolor.
Un consuelo que sí pudo darle en las últimas hora cuando la tuvo "en mis brazos, nos dimos un gran abrazo y le dije cuánto la amaba. Le dije que cerrase los ojos y que durmiese. La besé y finalmente dio su último aliento".