Ingenieros forestales aseguran que sigue prohibido recalificar urbanísticamente los terrenos quemados

EUROPA PRESS 17/10/2017 19:08

De este modo, la institución subraya de "forma tajante" de forma tajante que tales afirmaciones "sólo generan confusión" a la sociedad y "distorsionan la realidad".

En este sentido, afirma que "solamente en el 0.12%" de los incendios forestales ocurridos entre 2001 y 2014 se apreció en el parte de incendio forestal como posible causa la modificación en el uso del suelo, sin que hubiera ninguna sentencia judicial al respecto. Además, añaden que desde la entrada en vigor de la modificación de la Ley de Montes de 2015 "no ha habido ni un solo caso", produciéndose una media aproximada de 13.000 incendios cada año.

Para el Colegio de Ingenieros Forestales, la Ley de Montes es "clara y taxativa", ya que prohíbe en su artículo 50 el cambio de uso forestal al menos durante 30 años desde que se ha producido el incendio. Así, recuerda que, según dicha ley, no se puede cambiar el uso de un terreno forestal a ningún otro tipo de uso (incluido el urbanístico) hasta que no transcurran 30 años desde que se ha producido el incendio forestal.

Asimismo, destaca que, la Ley de Montes, prohíbe toda actividad incompatible con la regeneración de la cubierta vegetal, durante un periodo que determina la propia Comunidad Autónoma con su legislación.

En todo caso, la institución señala que una de las excepciones que contempla dicha ley es que siempre y cuando, con anterioridad al incendio forestal, el cambio de uso hubiera estado previsto en un instrumento de planeamiento previamente aprobado o en un instrumento de planeamiento pendiente de aprobación (si ya hubiera sido objeto de evaluación ambiental favorable o, de no ser esta exigible, si ya hubiera sido sometido al trámite de información pública) se podría permitir.

Otras excepciones que recoge la Ley de Montes es la posible existencia de una directriz de política agroforestal que contemple el uso agrario o ganadero extensivo de montes no arbolados en estado de abandono; o que, con carácter excepcional, las comunidades autónomas podrán acordar el cambio de uso forestal cuando concurran razones imperiosas de interés público de primer orden, que deberán ser apreciadas mediante ley, y siempre que se adopten las medidas compensatorias necesarias que permitan recuperar una superficie forestal equivalente a la quemada.

En este sentido, el Colegio de Ingenieros Forestales apunta que el objetivo de la reforma de la Ley de Montes de 2015 fue "dar coberturas a actividades totalmente lícitas" que "no encontraban encaje" en el texto del 2006, y destaca que dicha modificación, que "a día de hoy no ha sido utilizada en ningún caso", contó con la aprobación de todas las comunidades autónomas.

"UN PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL"

Precisamente, el secretario de la institución, Raúl de la Calle, aseguró este lunes 16 de octubre a Europa Press que los incendios comienzan a ser "un problema de seguridad nacional", después de que desde el pasado jueves se registraron más de 200 incendios en Galicia y con cifras de un 96 por ciento de fuegos originados a consecuencia del hombre.

"Esto está pasando de ser un problema de protección civil a un problema de seguridad nacional como el terrorismo. Ha habido víctimas, heridos y numerosos daños", apostilló.

A su juicio, es muy preocupante el hecho constatado de que el 96% de los incendios sean intencionados o por negligencias y casi la mitad de los grandes fuegos, los que superan las 500 hectáreas, que suponen un "verdadero drama ecológico, económico y social", tienen también detrás la mano del hombre.

"Estamos ante una situación dramática, con numerosos incendios declarados en nivel 2 que están ocurriendo en zonas próximas a núcleos urbanos, con víctimas, heridos y numerosas pérdidas materiales, por no hablar de las infinitas situaciones de angustia y desasosiego", lamentó de la Calle.

En cuanto a los posibles causantes de esta "desgracia" considera que es difícil que puedan coincidir "tantos pirómanos" sino que más bien parecen incendiarios, cuya motivación es la de provocar "dramatismo, delirio y un drama ecológico, económico y social".

En este contexto, insta a una mayor sensibilización ambiental que haga ser conscientes de las "enormes pérdidas" que estos incendios conllevan y lograr que "todo el peso de la ley" sobre los autores para que estos delitos no queden impunes.

También lamentó el estado actual de abandono del monte, que se agrava con los incendios, tras los cuales ve probable que se pierda "mucho suelo fértil", que las aguas se contaminen e incluso ha advertido de que ante la pérdida de suelo fértil y vegetación que fije el suelo, cuando llegue la lluvia se podrán incluso producir deslizamientos y corrimientos de tierra.

De cara al futuro, valoró que lo primero es analizar lo ocurrido, conocer las causas reales, identificar a los posibles autores y a partir de ahí pensar qué se quiere poner en el monte en el futuro.