Luis Trigo, de 30 años, comenzó su transformación física después de que los médicos le aconsejaran que debiera cambiar su estilo de vida o moriría.
El joven comenzó a engordar cuando comenzó la universidad y empezó a trabajar: “Realmente no le presté atención a mi alimentación porque estaba pendiente de mis notas o de mi trabajo”, declaró el estadounidense a Mirror.
Trigo pesaba 180 kilos y su vida era un auténtico infierno, como viajar en avión, teniendo que coger dos asientos. Comenzó comiendo más sano, evitando comer azúcar y realizando ejercicio físico, aunque al principio “no podía incluso llegar a un kilómetro y medio de ejercicio”.
Tras un duro trabajo, Luis comenzó a perder peso progresivamente y su salud iba mejorando, pues fue diagnosticado como pre-diabético. Ahora, a parte de seguir luchando por mantener un buen aspecto físico, se entrenador personal por su afán de ayudar a los demás con problemas de sobrepeso.