La historia de una niñera que salvó la vida a una niña donando una parte de su hígado

Noticias Cuatro 07/02/2017 20:30

Kiersten Miles había estado cuidando sólo tres semanas de la pequeña cuando tomó la decisión. La niña de 16 meses de edad tenía una enfermedad hepática rara y potencialmente mortal en la que el conducto biliar central del hígado había sido inexplicablemente destruido y la bilis se estaba acumulando en su hígado.

Según informaciones del The Washington Post, el blanco de sus ojos era gris, su piel era amarilla y apenas la daban unos meses más de vida.

Fue entonces cuando Miles, la niñera de 22 años, decidió dar a la niña una parte de su hígado. "Especialmente para un bebé que realmente no puede pedir ayuda, no parecía tanto sacrificio", dijo a The Washington Post, "porque además estaría salvando una vida".

Sólo tres semanas después de que Miles aceptara el trabajo empezó a pensar en el estado de salud de Talia y en cómo podría ayudarla. De hecho, comenzó a investigar la donación de órganos porque y pensó que podría ser una buena candidata porque su tipo de sangre era 0 positivo, compatible con todos los otros tipos de sangre.

La niñera contó al periódico que primero lo comentó con su madre y después se preparó para sentarse a hablar con los padres de Talia, la pequeña con esta rara enfermedad hepática. Lo primero que la dijeron fue "esto es algo serio, no es como donar sangre".

Según declaraciones del padre al Post "es realmente un ángel en la tierra; Sé que suena tonto, pero realmente lo es".

Durante unos meses, Miles se sometió a numerosas pruebas para determinar si podía donarle a Talia una parte de su hígado.

El 11 de enero, equipos médicos retiraron una porción del hígado de Miles en el Hospital de la Universidad de Pensilvania y lo trasladaron al Children's Hospital de Filadelfia, donde se lo implantaron a la pequeña.

Miles dijo que el momento más emotivo para ella fue poco después de despertar de la cirugía. Había estado preocupada de que algo iba a salir mal con su hígado y que no funcionaría dentro del pequeño cuerpo de Talia.

"No sé si fueron todas las emociones que aumentaban con el tiempo, pero le pregunté a uno de los cirujanos si podía ver a Talia", comentó Miles. "Me dijo que podría verla en los próximos días. Dijo que estaba muy bien. Y cuando se fue, empecé a gritar". Más tarde, cuando se reunieron, el padre expresó: "Fue un momento mágico".