En el acto han estado presentes representantes de partidos políticos e instituciones como los consejeros vascos Josu Erkoreka y Jon Darpón, el delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, o el fiscal jefe del TSJPV, Juan Calparsoro, así como miembros del equipo de gobierno municipal, y de partidos de la oposición. Sin embargo, el alcalde, Juan María Aburto, ha lamentado "el hecho de que no estemos todos los grupos municipales en una concentración como ésta, convocada por el Ayuntamiento", en referencia a representantes de EH Bildu, Goazen y Udalberri.
El primer edil bilbaíno ha vuelto a rechazar la conducta "cobarde y grosera" de quienes cometen "abusos sexuales". "No se puede soportar ni un segundo más", ha dicho, recordando la necesidad de respetar y de denunciar, si el respeto falla. En este sentido, se ha felicitado por el hecho de que, en este último caso denunciado, se ha podido arrestar a los presuntos autores de la agresión que, según ha querido subrayar, "no va a quedar impune".
Aburto ha insistido en que "es muy importante la colaboración ciudadana" y "la concienciación social" para hacer frente a las agresiones sexuales. "Todos tenemos que participar cuando veamos que hay una mujer que lo está pasando mal", ha señalado. Asimismo, se ha dirigido a las mujeres: "No estáis solas. Tenéis el sí de Bilbao hacia vosotras. Y, una vez más, 'ez beti da ez'. No siempre es no", les ha dicho.
En parecidos términos se ha manifestado tras la concentración el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, quien ha querido incidir en la llamada de las instituciones a la sociedad "para que, al unísono, el 100% de la ciudadanía tome un compromiso activo en contra de un fenómeno que es una auténtica lacra social". "Es importante la concienciación, pero, inmediatamente después, es también importantísima la actuación consecuente y comprometida de toda la sociedad en contra de esta lacra", ha apostillado.
El consejero vasco ha realizado la "enésima apelación a la convivencia, a la decencia y al respeto" y ha hecho hincapié en que "una agresión sexista no es una anécdota" ni el "fruto de un juego irrelevante y gracioso", sino un "atentado a la dignidad y a la integridad de una persona". "Es una gravísima falta de respeto que no puede ser tolerada en una sociedad como la nuestra", ha concluido.