El padre Garralda, Premio Máster de Oro del Real Fórum de Alta Dirección 2017 por su compromiso con los excluidos

EUROPA PRESS 15/11/2017 14:34

Además, el Premio reconoce el papel del padre Garralda en la creación de entidades sociales que mantienen la acción solidaria comprometida, como es el caso de la Fundación Padre Garralda-Horizontes Abiertos.

"Recibir este premio es un verdadero honor y una verdadera alegría. Espero que sirva para animar a los voluntarios y trabajadores de la fundación a continuar con la espléndida labor que están haciendo, y para concienciar a la sociedad de que hay que hacer más, ya que no podemos abandonar a los marginados. Tenemos que ayudar a esas personas que han tenido menos suerte que nosotros, con cariño y con recursos, para que puedan acceder a una vida normal", ha manifestado Garralda.

Jaime Garralda lleva trabajando en favor de las personas excluidas o sin recursos desde los 24 años. Al entrar en la Compañía de Jesús, comenzó a hacer realidad sus proyectos solidarios orientados a los marginados, una actividad que inició siendo todavía estudiante de Teología en Granada.

Una vez terminados sus estudios universitarios y, ya convertido en sacerdote jesuita, se hizo cargo del Hogar del Empleado, en Madrid, entre los años 1957 y 1964. Se trataba de una plataforma de acogida que prestaba asistencia a personas sin recursos. Garralda centró su labor principalmente en los niños y adolescentes a los que quiso dar acceso a un futuro y a un oficio con el que salir adelante.

Su empeño hizo posible la ampliación de la plataforma con la construcción de 7 residencias con capacidad para 600 adolescentes, así como otros tantos institutos y escuelas donde los estudiantes cursaban titulaciones oficiales y practicaban todo tipo de actividades y deportes. También promovió la construcción de una residencia para enfermos de tuberculosis.

En el año 1964, fue destinado a Centroamérica, donde puso en marcha una red de ayuda a los colectivos más necesitados, cuya base de operaciones se situó en Panamá. El éxito de la iniciativa y la popularidad cosechada por el padre extendieron su responsabilidad a toda América Latina.

En 1966, regresó a España donde retomó los proyectos de ayuda que había emprendido y se trasladó a vivir a un poblado chabolista en el barrio del Pozo del Tío Raimundo, donde permaneció 16 años conviviendo con las familias y conociendo de primera mano los problemas que afrontan día a día, como el desempleo, las enfermedades, la drogadicción, la cárcel y el alcoholismo.

En 1978, Garralda creó la Fundación Horizontes Abiertos, que lleva casi cuarenta años dedicada a la integración social de las personas más necesitadas. Toda su labor está concebida para dar esperanza a las personas más marginadas de la sociedad, a través del desarrollo de diferentes proyectos dirigidos a facilitar su acceso a una vida normalizada.

Cuenta con el trabajo de más de 400 voluntarios y 90 profesionales en toda España, que han hecho posible, gracias a la colaboración de organismos públicos y entidades privadas, así como a las aportaciones de particulares, atender a más de 50.000 personas.