Un plato de comida cuesta las ganancias de un día en países desfavorecidos, según un estudio Mastercard y WFP

EUROPA PRESS 16/10/2017 17:40

Para ello, el estudio toma como base el estado de Nueva York, donde un plato de alubias cuesta 1,20 dólares, lo que representa el 0,6% de la renta per cápita, y lo compara con Sudán del Sur, donde un plato de comida multiplica por 268 este ratio, siendo el coste 321,70 dólares. Con ello, el análisis busca demostrar las claras diferencias entre estos países y los del primer mundo.

Según el estudio, los países peor situados en el ranking son Sudán del Sur donde se necesita el 155% de los ingresos diarios de los sudaneses para comprar un plato de comida; Nigeria donde un plato de comida en relación a la renta de Nueva York cuesta 200,32 dólares, por lo que se necesita el 121% de los ingresos diarios de los nigerianos para comprar un plato de comida; Deir Ezzor en Siria donde un plato de comida en relación a la renta de Nueva York cuesta 190,11 dólares y necesita el 115% de los ingresos diarios de los sirios para comprar un plato de comida y Malaui donde un plato de comida en relación a la renta de Nueva York cuesta 94,43 dólares, por lo que se necesita el 45% de los ingresos diarios de los malauíes para comprar un plato de comida.

Por ello, Mastercard ha lanzado una iniciativa para donar 100 millones de comidas a los más necesitados en todo el mundo con el objetivo, según la presidenta internacional de Mastercard, Ann Cairns, de "aprovechar la tecnología y otros recursos para mejorar la vida de los más desfavorecidos y acabar con el ciclo de la pobreza".

INFANCIA Y EDUCACIÓN

Por otro lado, un informe de WFP, realizado a partir de datos de Mastercard, muestra la relación entre la alimentación en las escuelas con el rendimiento académico y la productividad en el futuro y revela que los niños que durante 10 años se beneficiaron de proyectos de comidas escolares en Sri Lanka, pasaron a ganar hasta un 5% más de sueldo en sus trabajos. Además, según un análisis coste-beneficio, cada dólar invertido en menús escolares tiene un retorno económico de entre 3 y 10 dólares.

Según Cairns, los padres de algunos de estos países se debaten entre llevar a los niños a la escuela o a trabajar para alimentar a la familia, por lo que con el patrocinio de proyectos de alimentación en las escuelas, "se permite a los niños permanecer en la escuela, aprender y convertirse en trabajadores más productivos en el futuro". Así, según la presidenta de la entidad se consigue que "familias, comunidades, y, por ende, las economías, prosperen".

Con este estudio, Mastercard y WFP quieren destacar algunas de las razones por las que los países acaban en círculos de pobreza, como conflictos e inseguridad, cadenas de suministro fragmentadas, o la infección de cosechas almacenadas debido a la falta de tecnología para mantenerlas. A su vez, a través del acuerdo, las entidades buscan aportar programas como menús escolares gratuitos y nutritivos, con el objetivo de aliviar algunos de los problemas que se hallan detrás de la pobreza y el hambre.