La nieta de Roberta no quería que su abuela se muriese sin poder cumplir su último sueño, salir a la calle y disfrutar de las cosas simples. Priscilla envió a la empresa Oculus VR un emotivo correo electrónico donde explicaba la situación de su abuela. La empresa no tardó en ponerse en contacto con ella y hacerle llegar unas gafas, junto con unos auriculares de realidad virtual para que Roberta lo utilizase.
Como asegura el diario Daily Mail, gracias al material enviado de manera gratuita, la anciana pudo disfrutar en sus últimos días del sol en una villa italiana o perseguir a una mariposa.
Roberta murió pocas semanas después de haber podido disfrutar de las pequeñas cosas de la vida gracias a la tecnología de unas gafas de realidad virtual.