La grafóloga María Fernanda Centeno Muñoz ha afirmado que nuestra caligrafía refleja lo que pensamos o sentimos. Además, también ha analizado la relación entre nuestra salud y la manera de escribir.
Las personas con trastornos alimenticios tienden a padecer depresión, culpabilidad y baja autoestima que se manifiestan a la hora de coger el bolígrafo. Asimismo, estas personas suelen escribir con letra redondeada, con ángulos y cruces.
La psicóloga y también especialista en grafología, Irene López Assor, ha definido a las personas que padecen problemas cardiovasculares o pulmonares. Estas personas “suelen presentar escritura con muchos puntos y letra débil. El exceso de punto seguido o punto y aparte se debe a que su dificultad para respirar y la obligación de hacer pausas, les lleva a la continua utilización de este símbolo ortográfico”, ha señalado en la información recogida por Noticias24.
Los daños neurológicos en enfermedades como el párkinson, Manuel J. Moreno, presidente del Instituto de Grafología Analítica, ha apuntado que la letra muy pequeña es un posible síntoma. El experto ha afirmado que cuando una persona padece esta enfermedad se encuentra más débil, por lo que se reflejará en su escritura más torpe, de menor tamaño, trazados más flojos y con temblores.