El permiso de este pesticida, que se utiliza como herbicida selectivo contra las malas hierbas y es utilizado en el sector agrícola, expira en junio de 2017. La Comisión Europea ha propuesto prorrogarlo en periodo máximo que permiten las normas comunitarias, es decir, hasta enero de 2032.
Sin embargo, la Eurocámara considera que no se ha cumplido la evaluación de riesgo para los consumidores y que faltan datos sobre las consecuencias de la exposición de las aguas subterráneas a esta sustancia.
Por ello, los eurodiputados han adoptado una resolución no vinculante que llama la atención sobre la facilidad con la que el herbicida puede llegar a las aguas subterráneas y podría ser "tóxica para la reproducción humana", según la última recomendación de la Agencia europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Así las cosas, la resolución europarlamentaria concluye que el Ejecutivo comunitario debería encargar una nueva evaluación "antes de decidir" si el producto puede contar con una nueva autorización o no.