Wayne sufrió el accidente cuando iba de camino a casa. Tuvo que ser sometido a una serie de operaciones incluyendo una cirugía del corazón que finalmente llevó a los médicos a inducirle al coma. Y es que sus heridas eran muy graves: una arteria rota, dieciséis costillas aplastadas, un pulmón perforado, el esternón roto, dislocación de la cadera, la pelvis rota y fractura en la pierna.
Los médicos recomendaron a la familia de Wayne Thorne, de 33 años, que le hablaran a pesar de que él estuviera en coma. Y tras una semana en estado de coma, cuando su esposa le contó que su equipo de fútbol había ganado su primer partido de la temporada en la División Oeste de fútbol Premier League, se despertó.
Wayne ha agradecido los ánimos de todos: "Doy las gracias a todos, pero el camino al que me enfrento es una recuperación bastante larga, pero voy a llegar allí".
Y tras ver lo que ha sufrido su familia por él ha explicado: "Todo mi amor y respeto se dirige a cada parte de mi familia, que durante las últimas dos semanas han pasado un infierno esperando por mí a través de las operaciones y los resultados y que han estado al lado de mi cama todos los días".