El cuerpo de Rajvinder Singh fue encontrado bajo el suelo del dormitorio que compartía la pareja en su casa de Chhattisgarh (India) después de que los vecinos se quejasen del olor nauseabundo que emanaba de su casa.
La mujer negó en rotundo que hubiese cometido un asesinato, aunque admitió que había sido ella quien lo había enterrado ahí ya que no podía permitirse ni un tradicional funeral Sikh ni una parcela en el cementerio, según el diario ‘Daily Mail’.