La plataforma europea ha evaluado, desde una perspectiva ambiental, la presidencia de turno de Malta, que se ha desarrollado desde el 1 de enero de 2017 al 1 de julio, y ha concluido que el país maltés "no fue ambicioso" en las negociaciones para lograr el Acuerdo de París y se "acomodó" a las peticiones de los países miembros.
Además, para EEB, la presidencia maltesa se alejó de un objetivo vinculante de eficiencia energética del 30% durante la supervisión de la directiva que regula esta materia.
Asimismo, las organizaciones europeas han lamentado en su evaluación que Malta revisó de manera "muy poco ambiciosa" la legislación en materia de residuos "con el fin de reducir los objetivos de reciclado", según han asegurado, "y de ignorar los objetivos de prevención y preparación para la reutilización".
No obstante, en la parte positiva, los ecologistas europeos consideran que la presidencia de Malta tomó "acciones rápidas" para implementar el Plan de Acción para la Naturaleza, las Personas y la Economía cuando fue publicado en abril.
En este sentido, el secretario general de EEB, Jeremy Wates, ha declarado que "el gobierno maltés jugó muy buen papel" para implementar la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 y "los esfuerzos en biodiversidad". "Pero nos sentimos mucho menos satisfechos con los resultados en energía, residuos y cambio climático", han concluido.
Cada seis meses, la EEB elabora una evaluación de las presidencias rotativas de la Unión Europea en base a un 'test verde' que realiza al inicio de cada turno. Ahora, Estonia ha asumido la Presidencia para los siguientes seis meses y las organizaciones ecologistas europeas se muestran positivas aunque temen las tensions que se generarán en torno a las negociaciones del Brexit y cómo afectará a la sostenibilidad ambiental de la Unión Europea.