Según los impulsores del proyecto, estas provincias cuentan con un 47,5% de la población en situación de inseguridad alimentaria, debido, sobre todo, a la baja productividad de los cultivos agrícolas y al limitado acceso de semillas de calidad. Además, la dieta de estas familias es pobre en proteínas y nutrientes, lo que genera una salud física precaria.
Por esta razón, este proyecto, del que se beneficiarán cerca de un centenar de familias, abordará principalmente dos ámbitos de actuación: por un lado,se utilizarán semillas de calidad para garantizar un incremento sostenible de la productividad, y, por otro, se incorporará la soja y sus productos derivados en la dieta de estas familias con el objetivo de obtener un balance equilibrado de los nutrientes.
Los productores se encuentran organizados en ocho cooperativas agrícolas, que recibirán el acompañamiento y la formación necesarios para dedicarse a la multiplicación de semillas y a la gestión de los bancos.
Además, se incidirá también en la mejora de las prácticas nutricionales y se desarrollará un proyecto de formación sobre el valor proteínico de la soja y sus ventajas desde el punto de vista de los cultivos con el fin de divulgar sus beneficios y promover su consumo.