Según han explicado en un comunicado, la investigación, que comenzó en julio, ha determinado que el detenido prometía una carrera musical de éxito a las víctimas, a las que sometía a un análisis de su físico en el que incidía en los puntos débiles de la chica.
De esta manera conseguía que las chicas –a las que trataba de forma individual– reconocieran sus supuestos defectos, lo que provocaba una fuerte dependencia psicológica hacia el detenido, que la distanciaba de su entorno y le pedía que no explicara nada a nadie.
El hombre realizaba a sus víctimas unos tratamientos físicos para mejorar los defectos que había convertido en la obsesión de las chicas, y que consistían en una toma de medidas de su cuerpo –que aprovechaba para hacerles tocamientos– y rituales de purificación.
En estos, adoptaba un rol de curandero y llevaba a la chica a una casita de madera en la que hacía que se desnudara, las bañaba y le hacía masajes con aceite.
Los investigadores han localizado de momento a cinco víctimas, la primera de las cuáles sufrió los abusos hace diez años, y algunas no habían puesto denuncia por el fuerte sentimiento de culpabilidad y porque desconocían que hubiera más afectadas.
El detenido se encuentra en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial, y la policía no descarta encontrar a más víctimas.